miércoles, 21 de agosto de 2013

2

Es curioso como todo el curso de tu vida puede cambiar en un solo momento. No es fácil asimilar que las cosas se tuercen sin más y mucho menos pensar que lo que tu tenías previsto para tí no sería ni de lejos lo que te iba acabar pasando, ni tan siquiera es sencillo pensar que algo vendrá y te cambiará tu mundo en cuestión de horas. Te levantas un día sin expectativas de que vaya a pasar nada, nada especial, un día normal, como todos los días.

Sin embargo, te despiertas, abres los ojos aún sin muchas ganas de dejar la cama y esas cómodas sábanas que te envuelven, sales de tu casa, no muy convencida y llegas al lugar previsto al que tenías que ir. Conoces a alguien y aún no eres consciente de cómo esa persona va a entrar a tu vida y desordenarlo todo. Ajena de todo continúas con tu día, tu día normal, y entablas conversación con muchas personas, algunas que conoces y otras tantas que no, comes, te ries y disfrutas, sin prestar mucha atención.

De pronto algo empieza a cambiar, aunque aún tú no lo sabes, con inocencia te sientas tranquilamente en un banco a compartir tiempo con esas personas que a penas conoces y de pronto, como arte de magia, una de ellas capta tu atención. Simplemente puedes ver como esa persona brilla y eclipsa a los demás.

Aún así decides ignorarlo, ignorarte a ti misma..."esto no es para tanto". Por un momento incluso te convences pero de nuevo, como por arte de magia, esa persona vuelve a cautivarte. Esta vez ya no brilla, ahora simplemente te ciega. Te paras a pensar que te está pasando, te sientas en unas escaleras y de pronto él está ahí a tu lado. No te conoce de nada, pero sin embargo ahí está, prestándote su tiempo.

Ya es tarde para dar marcha atrás, ya no se puede. Casi sin darte cuenta estás tumbada en el piso de una azotea viendo las estrellas con un desconocido que te parece conocer desde siempre. No sabes como has llegado ahí ni porqué, pero sí sabes algo, en ese momento,
eres muy feliz.

Es realmente curioso como un día normal puede desordenar tu desorden para enseñarte que realmente tu no estabas donde deberías estar. Como en un día cualquiera puedes conocer a una persona que simplemente venga y cambie tu vida en cuestión de horas. ¿Y si yo jamás me hubiese sentado en ese banco?

Realmente no lo se ni me importa porque lo hice y fue la mejor decisión que he tomado. Gracias por venir y salvarme y por favor, continúa haciéndolo, por ahora y por siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario