Que después de dos malos días te aparezcas a las 22:46 en la puerta de mi casa, con usa sonrisa puesta y sin abrigo por culpa de las prisas que tuviste que tener después de haber llegado a tu casa tras pasar 10 horas fuera y que cogieses un coche y lo hicieras aún cuando habías tenido un día muy ajetreado y cansado fue algo que, para mi, era totalmente imposible que pasara hoy. Sólo para traerme un foskito de mentira y una napolitana. Y me miras y me dices "toma esto es para que mañana desayunes como en casa" con la única intención de sacarme una sonrisa. Créeme esto sólo puede hacer que te quiera aún más, si es que eso es posible. No podría valorar más lo que has hecho por mi (tú siempre salvándome), muchísimas gracias, me faltarán vidas para agradecerte todo lo que haces por mi pero, al menos, en esta pienso dejarme la piel haciéndolo.
Estoy muy orgullosa de ti, te quiero mi vida. :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario